Nuestro barrio no deja de sorprender ni a los propios vecinos ni al resto de zaragozanos. Las ganas de trabajar para mejorar nuestro barrio hace que la imaginación brote en cualquier momento con el fin de llamar la atención de los medios de comunicación y denunciar situaciones que merman los servicios que los vecinos del barrio consideran imprescindibles.

En esta ocasión hemos podido celebrar el final del Carnaval con el tradicional Entierro de la Sardina, representación a cargo del AMPA Agustina de Aragón. Una puesta en escena que ha sorprendido a todos, basada en este acto con que suele terminar el Carnaval y que simboliza dejar atrás todo lo malo que durante el año hemos tenido que padecer, y el nacimiento de una nueva situación que soluciona todos los problemas.

Este es el deseo del colegio Agustina de Aragón al unísono: comunidad educativa, alumnos y padres, así como de los vecinos y vecinas de Parque Goya. Ante la amenaza de la llegada del próximo curso escolar y la falta evidente de aulas para dar clase, es necesario enterrar el actual colegio, en el cual profesores y alumnos están como sardinas en lata, y alumbrar un nuevo colegio, más amplio y adecuado a la demanda de alumnos de cara al curso que viene. Esto es lo que se ha representado con el simbólico Entierro de la Sardina, en el cual no ha faltado la comitiva encabezada por el cura, el enterrador, y seguida de las madres vestidas de negro en llanto por la situación.

Una vez enterrado el actual colegio, representado por una maqueta, la alegría ha llegado al descubrir la nueva maqueta del colegio, con nuevas aulas para todos, y un comedor más amplio.

Esta esa la demanda del AMPA Agustina de Aragón, una ampliación de las actuales instalaciones para no hipotecar espacios como la sala de psicomotrocidad, la biblioteca o la sala de profesores, y un nuevo comedor más amplio que de servicio a un mayor número de alumnos ya que el actual se ha quedado pequeño. Y del instituto ni hablar; el traslado de alumnos al este recinto provocaría trastornos para los alumnos, en continuo ir y venir para realizar actividades complementarias, así como la asistencia al comedor o salir al recreo. La mayor parte de los padres ya ha firmado que no va a autorizar este traslado. Ahora la pelota está en manos del Departamento de Educación, que está demorando en exceso esta situación de incertidumbre para dar una solución de cara al curso que viene, una solución digna para los niños y niñas del colegio Agustina de Aragón.