Sí, las cacas invaden nuestro barrio. Es desagradable hablar de este tema, pero es una realidad que a todos nos afecta día a día. Parece como una plaga que afecta a todos los rincones públicos de nuestro barrio, solares, aceras, parterres, parques, etc. Parece ser que los solares son un lugar donde ello está permitido, pero esos solares son de todos, y no sólo para ellos. Los parques son el lugar preferido para el paseo de perros, y de los vecinos también, pero no para defecaciones. Y qué decir de las aceras, el lugar de tránsito habitual de cualquier vecino, quizás el lugar más insultante para encontrárselas. Sólo falta que lo hagan ya en la calzada, aunque pueda ser algo peligroso para los perros.

Pero quizás hay lugares donde estos residuos son más molestos y más visibles. Se trata en este caso de la puerta del colegio Parque Goya. Por este espacio de acceso al colegio todos los días circulan cientos de niños, profesores y vecinos. Y los niños ya están hartos de estar pisándolas un día tras otro, ya que aunque todos los días aparezcan escachadas por sus zapatillas, al día siguiente vuelven a estar allí. No faltan a su cita ni un sólo día. Por ello han decidido atacar con lo que más les gusta hacer, con dibujos. Y los han colgado en la verja de su colegio para alzar su más enérgica protesta ante los causantes de tal plaga.

 

 

 

 

 

 

 

 

La Asociación de Vecinos de Parque Goya con la divulgación de esta acción quiere poner de manifiesto su apoyo a esta campaña. El problema es complejo y sencillo a la vez. El tema reside en el civismo de los dueños de los perros, ya que como es evidente los animales no tienen culpa de nada. De todos es conocida la prohibición abandonar estos residuos en la vía pública, y de la existencia de multas ante tal acción tan incívica. También de todos es conocido de lo antigiénico que resulta encontrar en la vía pública defecaciones de animales. Sin embargo un porcentaje de dueños de perros imposible de calcular hace caso omiso de estos conocimientos y deja su particular huella, a través de su perro, en nuestras calles y parques. Se da la circunstancia de que depende de dónde se abandonen estos residuos, estos pueden formar parte de la vida diaria días e incluso meses. Hay zonas donde nunca son aplastados, o no son recogidos por los servicios de limpieza. Por ejemplo, en los jardines donde no se corta el césped en todo el invierno pueden permanecer meses.

El ayuntamiento puso en marcha una campaña de ayuda a los dueños de los perros que no disponen de bolsas para recoger las «cacas» de los perros. Esa campaña nos costó a todos unos buenos cuartos, con la colocación de papeleras para disponer de bolsas a pie de calle y dónde depositarlas llenas, así como de un servicio exclusivo de recogida. Hay que recordar que cualquier bolsa sirve para tal fin, y cualquier contenedor de la calle para echarlas. Sin embargo, si eso ayuda concienciar a los ciudadanos parece que es una buena idea. Y parece ser que la idea funciona, y la gente lleva en la mano esas bolsas, y que algunos de ellos la depositan llena en las papeleras. Pero también es fácil ver cómo algunos dueños ven a sus perros defecar, y continuan el paseo con su bolsa vacía en la mano. Algunos incluso miran a su alrededor por si alguién ha visto el acto, y se van. Bien saben que está penalizado con una multa. Afortunadamente todas las personas que poseen un perro no actuan de esta manera, cosa encomiable de verdad. Sin embargo las cacas siguen invadiendo nuestro barrio, y cada una de ellas responde a un dueño que ha permitido que su perro la deposite allí, y como recordamos se trata de un acto que perjudica la salud de todos los vecinos de Parque Goya, donde viven asímismo los afectados.

La Asociación de Vecinos de Parque Goya lleva años trabajando por un barrio mejor, donde el respeto sea la base de la buena convivencia entre todos los vecinos. Esperemos que algún día todos respetemos los espacios públicos para poder disfrutar de ellos libremente.